Los riesgos de las empresas y su gestión, un enfoque integral
Por Juan Espinosa, Presidente del IMEF Grupo Puebla (jespinosa@krestonbsg.com.mx)
El riesgo se define como la combinación de la probabilidad de un suceso y sus consecuencias, o como todo aquello que puede suceder en una empresa y que le impide lograr sus objetivos. La norma ISO 31000 define al riesgo como “el efecto de la incertidumbre en los objetivos”. En el IMEF consideramos que el objetivo de la gestión de riesgos es añadir el máximo valor sostenible a todas las actividades de la empresa.
La gestión de riesgos tiene que ser un proceso continuo y en constante desarrollo que se lleve a cabo en toda la estrategia de la empresa. Debe tratar todos los riesgos que rodeen a las actividades pasadas, presentes y, sobre todo, futuras de la empresa.
Una gestión de riesgos eficaz se centra en la identificación y tratamiento de estos riesgos. La gestión de riesgos, además, es una parte esencial de la gestión estratégica de cualquier empresa. La gestión de riesgos se define como el proceso por el que las empresas tratan los riesgos relacionados con sus actividades, con el fin de obtener un beneficio sostenido en cada una de ellas y en su conjunto. Los riesgos los podemos clasificar en diferentes categorías y pueden ser: financieros, operacionales, estratégicos, ambientales, de cumplimiento, riesgo país en el que opera o lleva a cabo sus operaciones, etcétera.
Uno de los enfoques que se utilizan para la gestión de riesgos es el establecido en la Norma ISO 31000. La Norma está diseñada para ayudar a las organizaciones, entre otros temas a: Crear valor al negocio, mejorar los controles, cumplir con las exigencias legales y reglamentarias a las que está sujeta una organización, tomar consciencia de la necesidad de identificar y tratar el riesgo en toda la organización, mejorar la información financiera, mejorar la eficacia y eficiencia operacional y minimizar pérdidas. La aplicación de la Norma puede ser en cualquier tipo de entidad y no es específica para alguna industria o sector.
En el IMEF consideramos que la implementación de una buena gestión de riesgos depende de cada organización, de su estructura y contexto en el que opera, de sus procesos, actividades y objetivos. En tal sentido, la administración de riesgos debe de ser interactiva; es decir, debe de relacionarse entre todos los departamentos de una empresa y debe de ayudar a las organizaciones a establecer su estrategia para que pueda lograr sus objetivos, consideramos que una buena administración de riesgos ayuda a tomar decisiones bien informadas.
¿Cuáles son los principales riesgos a los que se enfrentan las empresas? Consideramos que el primer riesgo que no hay que olvidar es el riesgo financiero. Los riesgos financieros son aquellos eventos que en el futuro pueden cambiar las circunstancias actuales o esperadas que han servido de base en la cuantificación de activos y pasivos o estimaciones y que pueden originar una pérdida o, en su caso, una utilidad atribuible a cambios en el valor del activo o del pasivo. Los riesgos financieros los podemos dividir en: 1) Riesgo de mercado que a su vez considera el riesgo cambiario, el riesgo de tasas de interés y el riesgo en precios, 2) Riesgo de crédito, 3) Riesgo de liquidez o riesgo de fondeo, y 4) Riesgo en el flujo de efectivo.
Un segundo riesgo que no debemos de perder de vista es el riesgo país, el cual consiste en la probabilidad de que un país no cumpla con sus obligaciones financieras con terceros o la probabilidad de que las ganancias sean menores que lo esperado o inclusive existan pérdidas.
Los riesgos que podemos esperar en cuanto a un país pueden ser identificados como riesgo político, riesgo económico y riesgo soberano. Los riesgos políticos se refieren a la estabilidad política de un país, la legitimidad del régimen en el poder, el nivel de corrupción, la estabilidad social, las relaciones con los países vecinos, etcétera. Por otra parte, los riesgos económicos están relacionados con la política económica que incluye las políticas monetaria, cambiaria, comercial, fiscal y la balanza de pagos y finalmente, el riesgo soberano que se ve influenciado por las decisiones políticas tomadas respecto al pago de la deuda o por carencia de divisas cuando el deudor es el gobierno de una nación.
Por lo anteriormente comentado, en el IMEF consideramos que una buena administración de una empresa debería de estar considerando todos los tipos de riesgo mencionados anteriormente.
CON INFORMACIÓN DE EL FINANCIERO.